miércoles, 27 de febrero de 2013

Se empiezan a organizar protestas contra Madrid 2020 ante la próxima visita del COI

Más vale tarde que nunca, los sindicatos están empezando a organizarse para "recibir" al COI en la próxima visita que hará a Madrid a mediados de marzo con el fin de revisar las instalaciones de los Juegos Olímpicos de Madrid 2020. Promete ser calentito.

Los sindicatos se movilizan para sacar los colores a Botella durante la visita del COI

En el Palacio de Cibeles, un insignificante calendario adquiere hoy una importancia desmesurada. Ana Botella necesita borrar del imaginario de los madrileños muchas de sus torpezas, empezando por la nefasta gestión del Madrid Arena, un drama que todavía amenaza con torturar a la alcaldesa durante mucho tiempo. La salvación: las Olimpiadas de 2020. Por eso interesan tanto las fechas: 7 de septiembre, elección de la sede en Buenos Aires; 30 de mayo, presentación oficial de la candidatura española en San Petersburgo; y del 18 al 21 de marzo, la última visita del Comité Olímpico Internacional (COI) a Madrid para examinar las instalaciones.

Aunque las dos primeras fechas parecen ser las más cruciales para Madrid2020, la tercera, la de la visita del COI dentro de un mes, trae de cabeza al equipo de Botella. Y es que hartos de los tajos presupuestarios, las congelaciones salariales o las no reposiciones de puestos de trabajo, buena parte de los empleados del Ayuntamiento ha decidido pasar a la acción saboteando la inspección. Así, los sindicatos y los propios trabajadores siguen el rastro del comité para perseguirlo durante los tres días y dejarle claro que Madrid es una urbe levantada en armas contra los recortes. Otra Atenas aún sin JJOO.

Hay gremios especialmente enfadados con las políticas de Botella, que van más allá de sus tropiezos verbales y de siniestros macrofestivales. Bomberos, Emergencias (Samur) y Policía Local vivieron protestas insólitas a lo largo de 2012 por los recortes y las amenazas de despidos. Las tres jefaturas –ayer fueron oficialmente unificadas mediante la creación de un Mando Único en el área de Seguridad- suman uno de los colectivos más numerosos, con más de 10.000 personas entre todos los organismos. Y varios de los sindicatos que los representan contemplan echar abajo los sueños olímpicos: en su tercer asalto, la capital tiene una deuda impagable (más de 7.000 millones de euros), decenas de proveedores sin cobrar y menos servicios.

En algún caso Botella ha retrocedido: hace seis días, el Consistorio cedió a las mejoras demandadas por representantes policiales a cambio de su disponibilidad para eventos como los Juegos. Los agentes amenazaron abiertamente con enseñar sus quejas a los enviados del COI, un paso ante el cual la regidora tembló. Pero la batalla no está ganada ni en la Policía Municipal ni mucho menos entre bomberos y Samur, aseguran casi todos los sindicatos consultados. La idea de protestar ante los emisarios ha corrido como la pólvora y muchos cuadros ya solo piensan en la logística, en cómo seguirles y hacerse ver.

También anda agitada la red de Instalaciones Deportivas, con 3.000 trabajadores. La plantilla ya ha protagonizado sonoros encierros y muchos otras acciones, y coincide en que la ocasión más eficaz para reivindicar es la llegada del COI.
Los promotores de la iniciativa entienden que el termómetro popular no es el mismo que cuando las candidaturas de 2012 y 2016. Es toda una evidencia que el fervor que inspiraron los anteriores concursos olímpicos se ha diluido considerablemente. “Contamos, claro, con que el apoyo de los madrileños ha bajado mucho”, cuentan responsables sindicales. Quizás como Rajoy a Bárcenas, Botella ha encadenado su obstaculizada gestión, que incluye una cascada de ceses y reordenaciones de personal, a los Juegos de 2020. Por eso puede interesarle pactar estos días.




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